sábado, 11 de abril de 2015


No os dejéis llevar por las imágenes, no os habéis confundido de blog, estáis en Te lo pones y punto, un espacio de labores de aguja; pero la anécdota de la que os quiero hablar, para dar paso al tema de esta temporada, tiene un poco que ver con nuestro satélite mas conocido. El pasado día 4 lucía un hermosa luna llena, ese día volvíamos en coche desde La Coruña y nos sorprendió su preciosa silueta, aun un poco rojiza por el efecto del sol, enorme y resplandeciente en la noche. Mi hija mayor, al verla, hizo un comentario sobre la posibilidad de que, al ser luna llena, hubiese muchos más nacimientos esa noche que cualquier otro día del mes (ella ha crecido entre conversaciones de sobremesa de su madre, sus tías y abuelas en las cuales no faltaban relatos de embarazos y partos, claro...).
Un poco escéptica, yo le contesté que, más bien, esa creencia se basaba en tradiciones y, con todos mis respetos, más en cosas de nuestras abuelas, que en evidencias científicas. Hace ya un tiempo, leí un artículo que hablaba de ello, contaba como una investigación universitaria estudió los casos de más de dos mil mujeres. Estos investigadores analizaron el número de partos que tenían lugar en un hospital durante un año, y al cabo de ese tiempo, el porcentaje de los que tenían lugar respecto a las fases lunares fueron: luna nueva 26%, cuarto creciente, 25,2%, luna llena 23,9% y cuarto menguante 24,9%. Los datos hablan por sí solos. Mucho tiene que ver la influencia de la luna en las mareas con la creencia de que también nuestro satélite influye en la mujer, y el hecho de que el ciclo femenino conste de 28 días, pero una cosa son los océanos y otra el líquido amniótico, o al menos eso dice la ciencia. De todas maneras, siempre son muy tiernos y están llenos de cariño todos los comentarios de nuestras mayores, cuando nos aconsejan, a su manera, sobre el nacimiento del bebé, y como aventuran qué será y cuándo por la forma de la tripa, los ardores de estómago, las pataditas y, cómo no, la luna... Pero para llegar a esta luna nos hemos saltado otra que da muchas alegrías y algún que otro dolor de cabeza y....de tarjeta bancaria: la luna de miel.
Quizá hubiese sido más práctico y barato, aunque mucho menos romántico, eso sí, seguir con la antigua tradición babilónica, donde por luna de miel se entendía proveer al novio, después de la boda, de cuanta cerveza de miel (hidromiel) pudiese beber durante el mes siguiente a las nupcias... aunque no sé yo qué bueno le verían los babilónicos a que el novio estuviera un mes de imparable cata cervecera... Ahora se estilan los viajes transoceánicos y las memorias de los móviles repletitas de selfies tomando mojitos al sol..., la miel se deja para tomar con limón cuando llegan los resfriados y se sutituye por la insípida sacarina o la estevia.... Y vosotros diréis... pero a qué viene tanta luna? ¿Dónde está el punto en todo esto?  Tranquilos que no tardo en presentarlo...
Se me ha ocurrido, bueno, se nos ha ocurrido a las dos que, a pesar de que durante todo el año celebramos en familia bodas y bautizos, es cierto que a partir del mes de Abril solemos tener cerca parientes o amigos, vecinos o..., bueno, por qué no, tal vez nosotras mismas, ocasiones de festejar, momentos felices, ceremonias que nos inviten a lucir como nunca,...y es que esas fotos que se acaban repasando con los años, sacando el álbum, viendo los vídeos, son la evidencia del momento, no podemos escapar a ellas y en todas vamos a querer vernos impecables al lado de la prima, la cuñada, la madrina...
En Te lo pones y punto, últimamente recibimos bastantes encargos que tienen que ver con estas prendas, cada vez somos más las que queremos distinguirnos en estos eventos llevando complementos a los trajes, prendas hechas a medida y artesanalmente. Cuando llegan hasta nosotros los encargos, desde el primer instante, nuestro compromiso es la satisfacción, en todo momento, del cliente. Estamos en contacto continuamente para que, desde la elección del patrón, los hilos y los colores hasta que la medida exacta y las diversas pruebas coincidan con la idea de la prenda; y cuando vemos que el resultado es positivo y el encargo es recibido con alegría, también nosotras compartimos un poco de ese momento feliz, de esa boda, de esa celebración en la que un pedacito de nuestro esmero también estará presente, y en cada punto va también un poco de nuestro deseo de felicidad. Si tienes en mente vestirte para alguna fecha especial y quieres lucirte con una prenda única, con la ventaja de no ver otra igual en otra invitada (cosa que sucede con frecuencia, cuando acudimos a grandes almacenes) te recomendamos que nos consultes. A veces vemos ideas en la red o en revistas que no están a la venta en los escaparates y no sabemos dónde conseguirlas: chaquetas, boleros, chales que coinciden con nuestro estilo y que no encontramos. Una chaqueta para la comunión de un color y textura apropiada al tono del vestido, un chal a nuestra medida y en el color perfecto para un traje concreto, un detalle para la novia...
Os animamos a poneros en contacto y consultarnos sin compromiso. Si vivís en la zona de Monforte de Lemos podremos atenderos personalmente y estaremos encantadas de ayudaros a elegir algo bonito. Como este chal de ceremonia en un cálido y elegante tono tostado que llamará la atención por su delicadeza y estilo, y que podréis combinar con infinidad de colores y propuestas, ya sean clásicas o atrevidas. No os llevéis a engaño pensando que ciertas cosas pasan de moda, son anticuadas o no están a nuestro alcance porque no las vemos a la venta. La elegancia sólo tiene un perfil y ese nunca pasa de moda y se mantiene a pesar de las tendencias. Nosotras nos ponemos manos a las agujas para que os sintáis radiantes los días más recordados y que experimentéis la satisfacción de llevar una prenda que se ha hecho centímetro a centímetro sólo pensando en vosotras y que punto a punto dice "¡me lo han hecho para mi!". Se acercan lunas radiantes de ilusión, nervios, encuentros, recuerdos y abrazos. Haz que tu momento sea especial y, sobre todo, brille sobre ti la luna que brille, desde Te lo pones y punto deseamos de todo corazón que las ceremonias que se avecinan las festejes con mucha felicidad. Si celebras, elige la alegría, es siempre lo más bonito.

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