
Perdón, cambiaré la frase: los hombres y las mujeres tenemos cierta tendencia al borreguismo. No quisiera ofender comenzando así una nueva entrada pero, ahondando en los orígenes de las festividades que celebramos o que nos vemos "obligados" a celebrar, no puedo sino desembocar en tan amarga pero evidente reflexión.
No sé bien en cuál de las imágenes que aparecen junto a mis palabras quisiera que os detuvieseis, pero lo curioso es que ambas tienen un mismo origen; y aunque es cierto que entre ellas median unos cuatro siglos de ires y venires históricos, resulta apabullante ver que el hombre ( y la mujer) es capaz de tergiversar, moldear y convertir cualquier cosa que se le ponga por delante si busca un fin, simplemente, económico. No dudo que muchas familias al otro lado del Atlántico celebren de corazón un día de agradecimiento, ese cuarto Jueves de cada mes de Noviembre, y se reúnan a la mesa con un franco deseo de recordar cuánto bueno les ha pasado durante el año, que inviten a los seres queridos, que les abracen de corazón y coman un menú especial cocinado con esmero y sean capaces de entresacar y disfrutar la esencia de ese momento a pesar de la agobiante publicidad, ... y el marketing,... y los cupones de descuento, ...y las prisas, ...y las compras a crédito...

No sé, pero esto me recuerda al eslogan de "La Bella y la Bestia" ..., aquello de que " la belleza está en el interior". Sí, claro, pero al final la bestia se transforma en un guapo príncipe, no? Permitidme ser así de descreída, pero no sé yo si nos convence lo de la belleza interior y menos tratándose de regalitos...)
Sé que empecé esta entrada acusándonos a todos de borregos y, aunque me haya ido por las ramas un ratito, entenderéis el porqué y sé que, en todo o en parte, estaréis de acuerdo conmigo. Halloween, el Día de San Patricio, la Oktoberfest, los conejos de Pascua, el Black Friday... Llegan diferentes fechas del año en las que nos sentimos como arrastrados a adoptar un estilo de vida para comprobar que seguimos dentro del sistema, que somos como todos los demás. Todo se globaliza y vamos perdiendo nuestra personalidad, ya sea individualmente o bien la identidad que caracteriza a nuestra comunidad: nuestra familia, nuestro barrio, nuestro pueblo...
Pero, por encima de todo, y es que no podemos negarlo, nos gusta celebrar y es bueno que lo hagamos, así que... ¡celebremos! Celebremos, pero desde lo que somos y lo que queremos, celebremos porque sentimos que deseamos celebrar y hagámoslo a nuestra manera, con nuestra forma de decorar la casa, nuestra idea de lo que se regala, nuestros gustos culinarios, nuestra visión de lo que queremos o de cómo se hace o de dónde se compra. Tengamos en cuenta que no todo lo que hace la mayoría coincide con nuestra visión y seamos valientes a la hora de llevarlo a cabo porque, al final, lo que nos rodee, el resultado que obtengamos, será lo que hayamos elegido y eso nos producirá sosiego y alegría.
El Black Friday es la fiesta del descuento, pero no para nosotras, en TLPyP no vamos a hacer rebajas este Viernes Negro, realmente muy pocas veces lo hacemos, pero por la sencilla razón de que nuestros precios se ajustan muy mucho a la realidad, al coste del material y a las horas dedicadas a elaborar el producto.


Recuerda, para cualquier celebración, para los momentos importantes o para los más simples de tu vida, elige lo bonito, elige el amor, la sonrisa, la ternura... elige celebrar y da gracias, siempre, por todas las razones que tienes para hacerlo.
Que son muchas.
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